¿SE CUMPLE CON EL OBJETIVO DE LAS ESCUELAS?

05/12/2022

Por: M. en A.P. Juan Antonio Soberanes Lara

Mucho nos hemos preguntado si las escuelas cumplen con el objetivo de aportar conocimientos a los alumnos, para que los puedan usar durante su vida personal y desde luego profesional, o como ya dijimos en el blog anterior, “que los alumnos aprendan”.

Cierto es, que nadie ha encontrado el hilo negro respecto a la forma en como los alumnos logran aprender los contenidos temáticos, y mucho me temo que tampoco se han encontrado las formas de desarrollar habilidades.

¿Qué quiere decir esto?

Veamos; los seres humanos pensamos y actuamos, diversos autores señalan que toda acción primeramente paso como idea por la mente, entonces la capacidad de aprender ¿la tenemos en la mente? ¿En la capacidad cognoscitiva? En realidad, hay muchos señalamientos respecto a que el cerebro está compuesto de neuronas y que aprender cosas nuevas implica que las neuronas se entrelacen a través de un proceso que se llama mielinización, pero además es oportuno mencionar que el aprendizaje se logra de manera multisensorial, estos son, a través de los sentidos, tacto (piel), oído, olfato, vista, boca.

Por tal motivo, la mayoría de los estudiosos afirman que ningún niño nace burro (como coloquialmente les decimos a los alumnos que no aprenden), ya que todos hemos nacido con la enorme posibilidad de aprender, incluso los que nacen con alguna capacidad diferente, cierto es como ya lo hemos afirmado que los pensamientos son antecedentes de las acciones; ¡toda conducta primeramente paso por la mente!

Aunado a lo anterior existen dos factores muy importantes que desde el momento de la gestación influirán en la capacidad cognoscitiva y conducta futura, “LA NATURA Y LA NURTURA”, la primera identificada como la carga genética o ADN que cada uno de nosotros poseemos y que nuestros padres nos han heredado, y la segunda consistente en todo lo que se encuentra en torno al individuo desde el momento de la concepción y de que el producto se engendra en el vientre materno, si somos aceptados o no, si somos queridos y deseados o no, si hay acercamiento con palabras, caricias, y hasta canciones, para después al momento de nacer darle paso a nuestra crianza y los factores que influyen, partiendo de sí nuestra madre nos amamantó, si nos mira a los ojos, si el padre está cerca, la forma de conducta de los abuelos maternos, paternos, los tíos, los primos, las creencias religiosas, la escuela, el vecindario, etc.

De tal suerte, que si bien es cierto existe una carga genética y un entorno familiar que encausa nuestra conducta, también es cierto que ninguna es determinante, y que la forma de regular y analizar nuestras acciones, nuestras ideas, nuestros planes, es precisamente lo que se aprende y se practica en las escuelas; el objetivo teórico o contenidos temáticos (el saber), el objetivo práctico o las formas de cómo hacerlo (el saber hacer), y el objetivo actitudinal o hacerlo suyo (el saber ser), además de desarrollar habilidades; aunque no hay que olvidar lo importante de las didácticas específicas de cada materia, sobre lo cual hablaremos posteriormente.

Cierto es que; no existe el hilo negro para que los alumnos aprendan en automático, y que tampoco están negados a lograr los aprendizajes de los temas que se trabajan en las aulas; lo que si es cierto es que hay un sinfín de circunstancias que influyen en ello, y que independientemente de que las personas que nos dedicamos a la educación entendamos el objetivo de la educación, el gran reto es como lograr que los alumnos aprendan, esto es ¡entender el gran reto del proceso educativo!, porque los contenidos temáticos ya están dispuestos por la Secretaria de Educación para los niveles básicos y medio superior, o los currículos propuestas y aprobadas por la SEP para los estudios de ese nivel o posgrado; los cuales según afirman los estudiosos de la educación podrán ser seleccionados libremente por los docentes, ya que ahora en la época del conocimiento todos esos contenidos los encontramos en el internet, siendo el gran compromiso del responsable de compartirlos hacer una acertada elección, de manera objetiva, y cuidando que sean certificados o auditados. 

Muchas teorías, estudios e investigaciones han girado en torno a lo anterior; que si hay estilos de aprendizaje, que si los modelos educativos, el tradicional, el conductismo, el constructivismo, el Montessori han sido sustituidos por malos resultados, que si anteriormente se enseñaba y se aprendía porque la carga se centraba en el docente que enseñaba y el alumno aprendía, que si ahora únicamente se aprende y se guía, que si ahora cada alumno debe de descubrir y construir sus propios conocimientos, que si ahora es más importante el desarrollo de habilidades que los conocimientos teóricos.

Sin lugar a dudas, grandes retos y peor o mejor ahora en estos tiempos, ya que si le sumamos a lo anterior que si la escuela trabaja de manera presencial o virtual, y que si la escuela es bilingüe o bicultural.

En fin, creo que este segundo reto es tan relevante como el primero; ¿cómo lograr que los alumnos aprendan los contenidos temáticos?, y creo que para dar respuesta a ello deberíamos preguntarnos, existen las condiciones familiares, escolares, de política pública, ¿para que los alumnos logren el aprendizaje esperado?; ya platicaremos de ello posteriormente.

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